Un poco de pintura y unos retales de telas son los elementos protagonistas con los que hemos trasformado este carrito camarera.
El proceso, el mismo de siempre, un par de manos de imprimación multiusos y otro par de un esmalte al agua en blanco roto. Por supuesto antes de empezar a pintar una buena limpieza con agua y amoniaco para dejar libre de cualquier resto la superficie de la madera.
El interior del cajón y el agarrador lo forramos con una tela con estampado floral.
Como complemento forramos una superficie de madera con polipiel blanca y adornamos tres tarros de cristal con tela de saco y detalles del estampado floral.
El resultado una pieza totalmente renovada.