Este conjunto de cocina necesitaba un cambio, un aire nuevo, una transformación y ese fue nuestro proyecto. Tanto la mesa como las sillas de medallón y los taburetes merecían esta segunda oportunidad, no sólo por sus líneas curvas y la solidez de su estructura, también por el buen estado en el que se encontraban. Lo único que había estropeado era el sobre de la mesa y un anclaje de un taburete.
Nuestra primera tarea fue desmontar los asientos de sillas y taburetes. Una vez al descubierto las estructuras, lijamos bien todo el barniz, dimos dos manos de imprimación multiusos y otro par de manos de pintura acrílica color tapioca, después gastamos un poco los bordes de la mesa, las sillas y los taburetes y dimos una pátina de envejecido con betún de judea. La idea era darle cierto aspecto de mueble decapé.
A continuación entelamos el sobre de la mesa con una tela de color mostaza que combinaba con los originales rombos que elegimos para sillas y taburetes. El cajón lo forramos con la tela de rombos y le colocamos un tirador en forma de tetera. Para proteger el sobre de la mesa se colocó un cristal. El resultado final una mesa original, única y personalizada.
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