Por muy clásica que sea una pieza, con pintura y tela nueva se puede actualizar totalmente, como ejemplo este sillón. Antes de desechar cualquier mueble siempre deberíamos darle una segunda oportunidad.
Quitamos la vieja tapicería y comprobamos que la espuma del respaldo estaba en muy malas condiciones, así que la sustituimos por una nueva.
En el asiento ya ni siquiera era espuma lo que quedaba, estaba deshecha completamente. Sin embargo el resto de la estructura estaba en perfectas condiciones.
Fue necesario encolar los reposabrazos.
Aplicamos dos manos de imprimación, lijando entre mano y mano y dos manos de un esmalte satinado en color amarillo.
Para el tapizado utilizamos una tela vaquera con motivos de estrellas.
La pasamanería es un doble cordón en dos tonos que resultó bastante trabajoso de poner, pero mereció la pena todo el esfuerzo.
Una vieja butaca de abuela reconvertida para formar parte del dormitorio de una adolescente.