Este armario empotrado es una de las piezas de un hall que hemos actualizado. Después de una gran reforma en la casa, ya no encajaba con la nueva decoración, así que intentamos adecuarlo al nuevo espacio.
Un ropero en la entrada siempre es un elemento muy práctico así que merecía la pena renovarlo.
Elegir rayas suele ser un acierto seguro, son atemporales y tienen cabida en todos los estilos de decoración, desde el más clásico al más moderno. Con los tonos grises pasa un poco lo mismo, son neutros, lo que los convierte en una opción con garantía de éxito.
El primer planteamiento consistía en dejar la superficie de las puertas lisa sin los adornos de marquetería, tuvimos que cambiar de idea porque la parte exterior fue " misión imposible".
Para terminar una veladura y una pátina de cera blanca y óleo.
El interior lo pintamos con un tinte oscuro al disolvente y empapelamos las baldas.
¡Qué buen rincón para los bolsos!
Este es el primero de los cuatro , aún faltan el taquillón, un espejo y el zapatero.