La pintura es nuestro gran aliado cuando queremos dar un aire actual a un mueble clásico. El turquesa trasmite energía y alegría, y el plata equilibrio, la combinación de ambos tonos han convertido a este taquillón en una pieza muy personal. El blanco de los pomos le aporta luminosidad y frescura.
Limpiamos la superficie y quitamos herrajes y molduras.
Rellenamos los desperfectos con pasta de madera.
Reparamos las estructuras en mal estado.
Aplicamos dos manos de imprimación multiusos.
Dos capas de pintura turquesa y un acabado con pátina blanca muy ligero.
Y dos manos de pintura plata.
Forramos los cajones con papel pintado en tonos grises y amarillos.
Colocamos las molduras.
Y por último los pomos.
Bonito, ¿verdad? Lo mejor de todo, que se ha convertido en una pieza única y exclusiva